El Bolsón (ANPP).-
EDITORIAL
Quienes
detentan el poder creen que todo lo pueden mientras están allí. El
poder de los medios de comunicación, el poder de los empresarios dueños
de las multinacionales, el poder de los socios de los que tienen poder,
de los lamebotas, de los poderosos.
Creen que todo lo pueden porque tienen los jueces, tienen los medios,
tienen las cabezas colonizadas de millones de argentinos. El escándalo
de los Panamá Papers, en donde el presidente de la Argentina, resulta
implicado en una sociedad Off Shore en la última semana, y la respuesta
de Macri y muchos de sus funcionarios explicando que no cometieron
delito y que “están a disposición de la justicia", demuestra eso.
En muchos países se sucedieron protestas pidiendo renuncias de los
mandatarios involucrados en casos de corrupción. Poco y nada se vio en
Argentina de eso, aunque hubo varias protestas espontáneas en las
principales ciudades del país. Poco y nada en los medios masivos. Para
buscar información al respecto hubo que navegar por páginas de medios
populares, comunitarios y alternativos.
“El poder no se posee, se ejerce” (M. f oucault).
Esta frase se contradice con lo dicho anteriormente. Es que la
contradicción está en el medio de la cuestión del poder.
Es decir que. como personas podemos ejercer un poder. Podemos
empoderarnos y ser conscientes de que con nuestras acciones
transformarmos. Hay miles de formas de harcerlo.
Entonces, hay un poder muy grande, y otro poder que está latente, de
millones y millones que necesitan ser conscientes de que pueden.
Así sucede cuando grupos de personas se asocian, se juntan, organizan,
marchan, protestan, contestan, reclaman, responden, dicen y hacen con
coherencia, con un interés en común.
Pero lamentablemente, no es todo tan sencillo, hay miles de grises en el
medio.
Hay un sistema llamado capitalismo y su más alta expresión que es el
neoliberalismo, nos hizo creer desde hace muchos años, que es el único
posible. Se transforma y se reconfigura para poder seguir desbastando,
extrayendo, acumulando, porque así es su manera de subsistir.
Por eso se entiende, que en los últimos años de bonanza en
latinoamérica, esperanzadores para gran parte del pueblo, salvando las
diferencias entre las experiencias de Venezuela con Chavez, Argentina
con los Kirchner, Bolivia con Evo, Brasil con Lula, la derecha se ha
estado reorganizando para volver al poder. Y ahora, acusan a varios de
esos mandatarios de corrupción, para salvaguardase a sí mismos.
Cuando cada experiencia muestra que con otros modelos se puede vivir
mejor, es decir, con menos pobreza, con salud y educación, con
posibilidades de entender al mundo de otra manera, es demonizada,
silenciada y tapada.
La brutal devaluación, los despidos masivos, los tarifazos de Macri ya
están generando sus consecuencias. En los últimos 3 meses, en Buenos
Aires ha aumentado al doble la cantidad de gente que asiste a los
comedores para personas en situación de calle. No es un dato menor, está
habiendo hambre.
Hay una sensación en el ambiente de que no hay reacción, que la gente no
reacciona, que por mucho menos ya tendríamos que estar en la calle.
Una frase de Pichon Riviere dice, “la necesidad es el motor de la
conducta”. Creemos profundamente en esto. Pero creemos también que hay
mucho adormecimiento, mucho acomodamiento durante el último tiempo, que
hace que ni siquiera se pueda ver esa necesidad como algo real. Y en
eso, muchos grupos deberían haberse hecho una autocrítica. La
obsecuencia y el verticalismo, siempre fueron un factor de ruptura para
las organizaciones.
Entonces esta sensación de “hay que salir ya”, pareciera que hoy todavía
es el impulso de unos pocos. Quizá se tarde un poco más, porque mal que
bien la necesidad sigue siendo el motor de la conducta, no sólo
individual, sino social y colectiva.
Ahí estaremos ejerciendo y siendo conscientes de ese poder que tenemos,
porque somos muchos más.